16- El bullying, un problema a resolver desde las aulas
¡Buenas tardes a todos y a todas! Hoy me gustaría reflexionar acerca de uno de los problemas más graves que se presentan actualmente en los centros educativos, el acoso escolar-bullying.
Para
ponernos en contexto, el acoso escolar es conocido como el maltrato físico o
psicológico que provoca efectos negativos en la salud física, emocional y en el
rendimiento académico de niños y niñas, dentro del entorno escolar.
En
primer lugar, debemos tener en cuenta que la detección de este tipo de acosos
es más compleja de lo que parece, pues es difícil conocerlo por parte de la
víctima, que en la mayoría de los casos está cohibida por el acosador, así como
conocerlo por parte de los espectadores, que pasan directamente a participar en
el acoso si lo presencian y no hacen nada para evitarlo. Por lo que, partiendo
de la base de la complejidad de la detección, los docentes deben conocer muy
bien al grupo y estar al tanto de los comportamientos que tienen sus
alumnos/as, sobre todo fuera de la clase, que es donde más suelen existir este
tipo de acosos.
Uno de
los aspectos más importantes a la hora de tratar el acoso escolar es conocer al
grupo, tanto en conjunto como individualmente, con el fin de poder encontrar
del problema lo antes posible. Una vez que somos conscientes de la existencia
de un problema de acoso escolar, debemos centrarnos en encontrar los roles del
mismo, es decir, conocer quién es la víctima, quién es el acosador y quién o
quiénes los espectadores.
Posteriormente
llega el momento de tomar las medidas de actuación, que, en mi opinión, deben
ser en un primer momento individualmente. Lo más importante en el momento de
actuar es comenzar con el alumno/a que ejerce el papel de acosador, conociendo
su entorno más cercano, que en la mayoría de los casos nos dará muchas pistas
de dónde se encuentra el problema (falta de atención en casa, observa conductas
violentas en su familia, ejerce él o ella el papel de víctima en casa…). Una
vez que conocemos la situación en la que se encuentra el acosador, podremos
comenzar a tomar las medidas oportunas, así como hablar con su familia, hacerle
comprender desde el colegio la importancia de la empatía y el respeto hacia los
demás…
Por
otro lado, mientras se produce todo este proceso de conocimiento del entorno
del acosador, nunca debemos dejar olvidada a la víctima, por lo que debemos
tomar ciertas medidas que ayuden a mejorar la situación, como, por ejemplo,
cambiar la disposición de la clase, fomentar en la hora de tutoría la empatía y
el respeto, hacer trabajos en grupo con el fin de que los espectadores puedan
tomar consciencia de la situación…
Y por
supuesto, como tutor de grupo, hacer ver la importancia de acabar con el
conocido muro del silencio, que obliga tanto a las víctimas a mantenerse
calladas, como a los espectadores a pasar directamente a ser acosadores de
manera indirecta.
Frenar
el acoso escolar, es un objetivo que debe tener la comunidad educativa como
conjunto, el docente puede y debe actuar directamente, pero tiene que tener el
respaldo de los orientadores en los casos necesarios y de las familias como
parte imprescindible a la hora de acabar con el acoso escolar.
¡Hasta
aquí mi reflexión de hoy!
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