2- La cultura del esfuerzo

¡Buenas tardes a tod@s!

Como bien sabemos, los procesos y métodos para el aprendizaje han ido variando a lo largo de la historia. Hasta hace escaso tiempo nuestra sociedad otorgaba prioridad al aprendizaje memorístico y consideraba el esfuerzo como el requisito necesario para alcanzar nuestras metas. Es más, hoy en día continúa habiendo gente que considera que seguir la premisa “No pain, no gain” es la mejor opción. Sin embargo, (y en mi opinión, afortunadamente) la situación está cambiando y cada vez somos más quienes consideramos que el conocimiento puede adquirirse a través de otros procedimientos mucho más livianos.

Un problema a resolver en la actualidad por el profesorado y la sociedad es el vínculo manifiesto que identifica la educación con un proceso aburrido, costoso e incluso sufrido. Poniendo los pies sobre la tierra, resulta aparentemente cierto que el aprendizaje sin esfuerzo corresponde únicamente a los mundos utópicos. No obstante, esta afirmación no impide señalar que resulta contraproducente basar este proceso única o principalmente en “sangre, sudor y lágrimas”. El esfuerzo debe estimularse siempre y cuando sea motivado. En caso contrario, debería ser mas propio de momentos puntuales que de la cotidianeidad.

Llegados a este punto, estimo necesario que si se critica un procedimiento concreto resulta positivo ofrecer alternativas al mismo. Al respecto, el juego puede ser una opción más que apta para que el aprendizaje se produzca de manera distendida y motivadora. Además contamos con la ventaja socio-histórica de que en la actualidad existen videojuegos que pueden favorecer este proceso. De igual forma, si queremos incentivar el “esfuerzo motivado”, las actividades extraescolares, especialmente deportivas, pueden ser de gran ayuda. Así como, por último, no debemos olvidar que las generaciones cada vez están mas formadas; por lo que los padres cada vez están más capacitados para contribuir en el aprendizaje de sus hijos. Resultaría conveniente, a la sazón, que estos estimulasen con frecuencia a los educandos, consiguiendo así que la educación no estuviese reducida únicamente a la actividad en las aulas.

Hasta aquí mi reflexión.